miércoles, 9 de septiembre de 2015

top 10 armas de combate

Top 10 armas de combate.(Existen diferentes opiniones sobre estas pero aproximadamente se piensa esto)


10.- M14
Top 10 armas de combate

TIPO: RIFLE SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: EUA
CALIBRE: 7.62 X 51 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 503 YARDAS
CAPACIDAD: 20 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 2,799 PIES/SEG.
LARGO: 44”
DISPAROS POR MINUTO: DE 700 A 750

9.- STURMGEWEHR 44 (STG 44)
Combate

TIPO: RIFLE DE ASALTO SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: ALEMANIA
CALIBRE: 7.92 X 33 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 646 YARDAS
CAPACIDAD: 30 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 2,133 PIES/SEG
LARGO: 37”
DISPAROS POR MINUTO: 500

8.- 1903 SPRINGFIELD
Rifle

TIPO: RIFLE DE REPETICION
PAIS: EUA
CALIBRE: 30-06
RANGO DE EFECTIVIDAD: 656 YARDAS
CAPACIDAD: 5 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 2,700 YARDAS
LARGO: 42”
DISPAROS POR MINUTO: 10

7.- STEYR AUG
automatico

TIPO: RIFLE DE ASALTO SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: AUSTRIA
CALIBRE: 5.56 X 45 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 646 YARDAS
CAPACIDAD: 30 Y 42 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 3,084 PIES/SEG.
LARGO: 31”
DISPAROS POR MINUTO: 650

6.- MAUSSER 98K CARBINE (KAR 98)
Enfield

TIPO: RIFLE DE REPETICION
PAIS: ALEMANIA
CALIBRE: 7.92 X 57 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 656 YARDAS
CAPACIDAD: 5 ROUNDS
VELOCIDAD APROX: 2,822 PIES/SEG.
LARGO: 43”
DISPAROS POR MINUTO: DE 10 A 15

5.- FN FAL
Top 10 armas de combate

TIPO: RIFLE SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: BELGICA
CALIBRE: 7.62 X 51 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 656 YARDAS
CAPACIDAD: 20 ROUNDS
VELOCIDAD APROX: 2,700 PIES/SEG
LARGO: 42”
DISPAROS POR MINUTO: DE 650 A 700

4.- M1 GARAND
Combate

TIPO: RIFLE SEMIAUTOMATICO
PAIS: EUA
CALIBRE: 30.06
RANGO DE EFECTIVIDAD: 656 YARDAS
CAPACIDAD: 8 ROUNDS
VELOCIDAD: 2,838 PIES/SEG.
LARGO: 43”
DISPAROS POR MINUTO: 30

3.- LEE ENFIELD SMLE
Rifle

TIPO: RIFLE DE REPETICION
PAIS: REINO UNIDO
CALIBRE: .303 ENFIELD
RANGO DE EFECTIVIDAD: 656 YARDAS
CAPACIDAD: 10 ROUNDS
VELOCIDAD APROX: 2,438 PIES/SEG.
LARGO: 44”
DISPAROS POR MINUTO: DE 15 A 20

2.- M16
automatico

TIPO: RIFLE DE ASALTO SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: EUA
CALIBRE: 5.56 X 45 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 437 YARDAS
CAPACIDAD: 20 Y 30 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 3,281 PIES/SEG.
LARGO: 39”
DISPAROS POR MINUTO: DE 700 A 950

1.- AK-47

Enfield

TIPO: RIFLE DE ASALTO SEMI O FULL AUTOMATICO
PAIS: UNION SOVIETICA
CALIBRE: 7.62 X 39 MM
RANGO DE EFECTIVIDAD: 437 YARDAS
CAPACIDAD: 30 ROUNDS
VELOCIDAD APROX.: 2,329 PIES/SEG.
LARGO: 34"
DISPAROS POR MINUTO: 600

decalogo de seguridad de armas de fuego

Seguridad en Conjuntos Residenciales
A medida que crece nuestra experiencia en la gestión de seguridad de conjuntos residenciales, confirmamos que quienes los habitan no encuentran fácilmente asesoría para tomar decisiones certeras en lo relacionado con la protección de sus intereses. Este blog pretende suplir tal vacío con recomendaciones sencillas y prácticas. Si usted tiene opiniones que no desea expresar en público, escríbanos a nuestro correo corporativo. Nota: Con frecuencia tratamos temas de seguridad general

domingo, agosto 30, 2009

Decálogo de Uso de las Armas de Fuego

Lo primero si usted las posee, es preguntarse si verdaderamente las necesita. A este respecto haga un examen juicioso de por qué y para qué las requiere.
Si las armas de fuego son para usted un problema, NO LAS TENGA MÁS.
Si debe tenerlas, respete el decálogo que le planteamos en seguida:
1. Siempre que maneje un arma, hágalo como si estuviera cargada
2. No pregunte si el arma está cargada, verifíquelo usted mismo
3. No apunte a objetivos a los que no piensa disparar
4. Controle siempre la boca de fuego
5. No mezcle armas con alcohol ni drogas sicotrópicas
6. Antes de cargar su arma verifique que la munición esté en buenas condiciones
7. Antes de oprimir el disparador piense cuál será la dirección que tomará el proyectil
8. No dispare a través de un obstáculo que le impida observar qué hay detrás de él
9. No abandone su arma en donde pueda ser hallada y manipulada por inexpertos o menores de edad
10. Nunca olvide las normas de seguridad cuando se trata de manejar armas de fuego. Recuerde que si lo hace estarán en riesgo su vida y las de los demás

El mortero

Mortero (arma)

    
Mortero M224 de 60 mm
El mortero es un arma que dispara generalmente proyectiles explosivos o incendiarios con gran poder destructivo —más grandes que las granadas— en un ángulo superior a los cuarenta y cinco grados y a velocidades relativamente bajas. Estas cualidades son opuestas a las de las piezas de artillería, que disparan a gran velocidad y generalmente con ángulos de tiro pequeño.

Historia

Si bien es difícil saber quién fue el primer hombre que tuvo la idea de elevar un cañón para hacer caer un proyectil verticalmente, hay motivos para atribuirla a Mehmed II durante el Gran Sitio de Constantinopla de 1453. Manuscritos griegos de 1551 refieren que Mehmed, asediado por una flotilla enemiga en el Cuerno Dorado, propuso crear un arma de estas características, teniendo éxito en su empleo contra uno de los buques tras algunos disparos.
Para el siglo XVI el mortero se había constituido en un arma bastante común, recibiendo su nombre por la forma rechoncha y parecida a una olla de los primeros modelos. Los tubos eran bastante cortos (no más de dos o tres veces el calibre y éste por lo general superior a los 150 mm). Se trataba de armas para la defensa de la plaza o como piezas de sitio a fortalezas. A mediados del siglo XIX se intentó utilizarlas como armas de defensa costera, pero casi entró en desuso como pieza de artillería para la infantería.
No obstante su obsolescencia, la desgastante guerra de trincheras suscitada en el Frente Occidental durante la Primera Guerra Mundial determinó la imperiosa necesidad de emplear un arma que pudiera usarse para disparar desde el interior de zanjas y parapetos, sin exponerse al fuego, de forma de apoyar a la infantería y asediar las líneas enemigas. Por ello que se resucitó la idea del mortero. Inicialmente los ingleses y franceses emplearon morteros del siglo XIX veteranos de la Guerra de Crimea, e improvisaron otros de gran peso. Los alemanes también siguieron estas ideas, destacándose el Minenwerfer (lanzaminas).
Para 1915 los británicos lograron un diseño compacto de tubo de ánima lisa y bípode, que es considerado el primer mortero moderno. Lo apodaron Mortero Stokes en honor a su creador, Wilfred Stokes. Se desarrolló en varios calibres, desde los 60 a los 120 mm.
Los morteros modernos en general son derivados directos del mortero Stokes. Están formados por un tubo en cuyo interior se deja caer el proyectil, el cual es percutido al tocar una aguja percutora existente el fondo del tubo, lo que resulta en la detonación de un propelente y el consiguiente disparo del proyectil.
Sus "granadas" son de fabricación más sencilla y barata que los de artillería convencional, y transportan mayor carga explosiva por unidad de peso de proyectil, proporcionando un poder destructivo mayor al emplear velocidades de caída menores. Esto permite también una mejor distribución de los cascos fragmentarios y una óptima distribución de la energía cinética de la explosión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, todos los países mejoraron sus diseños, destacándose los modelos soviéticos de 120 mm y los estadounidenses de 82 mm de calibre, que continuarían operando durante décadas.

Uso táctico

Los morteros ligeros se incluyen normalmente entre el armamento de las unidades de infantería, y los modelos más pesados se asignan a los batallones de artillería de apoyo, con la ventaja añadida sobre esta de no estar limitados a las necesidades de infraestructura logística de transporte y vías de comunicación que requiere la artillería.
Las secciones de morteros también suelen asignarse como primer escalón de apoyo de fuego en los batallones de infantería modernos, provistos de medios de enlace radio para coordinar y corregir su fuego indirecto. En los casos de la defensa, cada batería tiene asignado un sector, que se encarga de batir a pedido de los infantes. El mismo depende del alcance del mortero, siendo en la actualidad de unos 6.000 metros aproximadamente.
Entre su munición pueden emplearse distintos tipos: explosiva, rompedora, fragmentaria, fumígena, gas venenoso o incapacitante (prohibida por la convención de Ginebra), iluminantes, etc.
También es un arma que puede ser utilizada por fuerzas irregulares en su función de asedio, destacándose por su movilidad.

granadas de humo

Granada de humo

   
Esquema de una granada de humo.
Granada emitiendo humo
Humo de color violeta durante un entrenamiento militar.
Las granadas de humo son un tipo especial de granada utilizada como medio de señalización, indicación de objetivo o marcaje de zona de aterrizaje. Por igual se utilizan como pantallas para cubrir los movimientos de las unidades militares. Las granadas de humo, comúnmente, son consideradas como no letales, aunque un uso inadecuado o incorrecto puede causas serias lesiones e incluso la muerte.
El cuerpo del dispositivo consiste en un cilindro metálico de acero con algunas perforaciones en su parte superior e inferior, esto es para permitir la salida del humo cuando la granada ha sido activada. Contiene de 250 a 350 gramos de compuesto generador de humo (suele ser clorato de potasio) entintado; rojo, verde, naranja, gris, amarillo, azul, blanco, negro o violeta). La reacción producida es exotérmica y el contenedor puede permanecer caliente por algún tiempo, incluso ya sin emitir humo.
Otro tipo de granadas que también emiten humo, aunque no sea su objetivo principal, son las del tipo incendiario. Están rellenas de fósforo blanco, que es diseminado por la onda explosiva. El fósforo blanco arde al estar en contacto con el aire y brilla en una llama de color amarillo, mientras produce una gran cantidad de humo blanco (pentóxido de fósforo). Estas actúan como granadas incendiarias y una variante de ellas es arrojada con lanzagranadas portátil o fijo en un vehículo blindado de combate.
El usuario debe estar consciente de la dirección del viento al utilizar las granadas, especialmente las de fósforo.
Para generar humo de cobertura en gran volumen, se emplean bombas de humo.

Otros usos

Las granadas de humo se utilizan también en eventos deportivos de paintball o airsoft, aunque no necesariamente son de especificación militar.

granadas de fragmentacion

Granada de fragmentación

   

Granada MK2 de la Segunda Guerra Mundial
Una granada de fragmentación es un arma anti-personal que está diseñada para dispersar metralla al explotar, el casco o cuerpo está hecho de plástico duro o de acero. flechas, alambre dentado, bolas de metal o el casco en si es lo que provee la metralla. Cuando la palabra granada se utiliza sin otra especificación y el contexto no sugiere otra cosa, se asume generalmente que se refiere a la granada de fragmentación. Comúnmente las granadas de fragmentación tienen un radio de heridas de entre 10 a 15 metros, produciendo heridas mortales entre los 2 y 5 metros, algunas granadas modernas pueden proyectar la metralla hasta a 230 metros de distancia. El uso de la granada de fragmentación puede ser tanto defensivo como ofensivo, siendo el primero el más usual en este tipo de armamento. La granada es detonada mediante una sustancia explosiva, cuentan con un temporizador que es activado al momento de retirar el anillo y soltar el mango al ser lanzada, la sustancia explosiva se activa a los pocos segundos.[1]

chalecos anti-balas

Chaleco antibalas

  
Un oficial de policía en Londres con un chaleco antibalas.
Soldados estadounidenses equipados con chalecos antibalas junto al tanque M3 Bradley.
Composición de un chaleco del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
Un chaleco antibalas es una prenda protectora que absorbe el impacto de balas disparadas al torso y esquirlas provenientes de explosiones. Los chalecos están hechos de varias capas de fibras laminadas o de tejido sintético y protegen a la persona que lo usa de proyectiles disparados por armas de fuego y de la metralla de algunos artefactos explosivos como granadas de mano. Cuando se le agregan placas metálicas o cerámicas a un chaleco antibalas, este también puede proteger al usuario de proyectiles disparados por un fusil. En combinación con piezas metálicas o capas de tejidos sumamente densos, el chaleco antibalas ofrece al usuario cierta protección ante un ataque con cuchillo. Protegen hasta cierto punto, pero no son impenetrables debido a la gran variedad de calibres de las armas de fuego. Los chalecos antibalas son utilizados comúnmente por la policía, guardias de seguridad privada y civiles, mientras que los chalecos con componentes reforzados son llevados en combate por soldados de varias naciones, así como las unidades especiales de policía.
Una armadura moderna puede combinar un chaleco antibalas con otras prendas protectoras, como un casco. Los chalecos antibalas para policías y soldados también pueden incluir protecciones inguinales, hombreras, cuello y defensas laterales.



Introducción

Los chalecos antibalas usan capas de fibra resistente para capturar y deformar la bala, esparciendo su fuerza sobre una gran superficie del chaleco. El chaleco absorbe la energía del proyectil deformable, deteniéndolo antes de que penetre por completo el chaleco. Algunas capas pueden ser penetradas pero, mientras la bala se deforma, la energía es absorbida por una superficie cada vez mayor. Aunque el chaleco pueda evitar la penetración de la bala, tanto el chaleco y la persona que lo usa absorben la energía del proyectil. Aun sin penetración, las balas de pistola modernas contienen suficiente energía para causar un trauma en la zona de impacto. Las especificaciones del chaleco incluyen la resistencia de penetración y la cantidad de energía que llega al cuerpo de la persona. Los chalecos antibalas ofrecen una pequeña protección contra cuchillos, flechas o balas no deformables; la fuerza del impacto de estos objetos se concentra en un área relativamente pequeña, por lo que puede penetrar las capas del chaleco. Los chalecos pueden incluir capas de metal (como acero o titanio), cerámica o polietileno, que proveen protección extra a las áreas vitales. Estas capas adicionales son efectivas contra todas las pistolas y contra algunos fusiles. Estos agregados son comunes en los chalecos militares, ya que los chalecos normales no son eficaces contra la munición militar. Los guardiacárceles suelen usar chalecos especiales diseñados específicamente contra cuchillos y objetos afilados, incorporando capas de tejidos sintéticos densos o tejidos sintéticos laminados y componentes metálicos.

Historia

Edad Moderna

En 1538, Francesco Maria della Rovere encargó a Filippo Negroli crear un chaleco a prueba de balas. En 1561, Maximiliano II puso a prueba su armadura contra un arma de fuego. De igual forma, en 1590 Sir Henry Lee esperaba que su armadura Greenwich fuese a prueba de balas, aunque su eficacia era polémica en esos tiempos. A fines de 1500, el término "a prueba de balas" se usaba para designar una armadura en la cual se podía observar la abolladura producida por una bala, que demostraba su resistencia ante la penetración de proyectiles.

1800-1930

El primer chaleco antibalas liviano, Myunjebaegab, fue inventado en Joseon, Corea, en 1860 un tiempo después de la campaña francesa contra Corea. Heungseon Daewongun ordenó la confección de chalecos antibalas por el incremento de amenazas de parte de los ejércitos occidentales. Kim Gi-Doo y Gang Yoon descubrieron que el algodón podía proteger contra proyectiles si era lo suficientemente denso, diseñando chalecos compuestos de 30 capas de algodón. Estos chalecos fueron utilizados en batalla durante la expedición de los Estados Unidos a Corea, cuando la Armada de los Estados Unidos atacó la isla de Ganghwa en 1871. El Ejército de los Estados Unidos capturó uno de los chalecos antibalas y lo llevó a los Estados Unidos, donde fue guardado en el Museo Smithsonian hasta 2007. El chaleco fue devuelto a Corea y está expuesto al público.
El primer empleo de protección antibalas del cual se tiene constancia tuvo lugar en 1879, cuando una banda de prófugos australianos dirigida por Ned Kelly fabricó armaduras a partir de chatarra. La armadura cubría sus torsos, antebrazos y muslos, incluyendo un casco. Los trajes artesanales pesaban 44 kg (96 libras), dificultando los movimientos de los miembros de la banda durante una redada policial en Glenrowan en 1880. Su empleo resultó ser inútil, ya que los trajes no protegían las piernas.
A inicios de los años 1880, el doctor George Emery Goodfellow de Arizona comenzó a hacer investigaciones con chalecos de seda parecidos a los gambesones medievales, que tenían entre 18 y 30 capas de tela para proteger al usuario de las flechas. El interés del doctor Goodfellow en chalecos antibalas de seda aumentó luego de conocer varios casos en donde la tela de seda aminoró el impacto de balas en el cuerpo de personas que fueron atacadas con armas de fuego.
Casimir Zeglen, originario de Chicago, se basó en los hallazgos de Goodfellow para desarrollar un chaleco antibalas hecho de tela de seda a fines del siglo XIX, que podía detener las balas relativamente lentas disparadas por pistolas que empleaban cartuchos con pólvora negra. Estos chalecos costaban 800 USD cada uno en 1914, una pequeña fortuna en aquel entonces. El 28 de junio de 1914, el Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono Austro-Húngaro, llevaba un chaleco antibalas de seda cuando fue atacado por un pistolero. Como el disparo le impactó en el cuello, el chaleco no lo protegió. Un chaleco similar, fabricado por Jan Szczepanik en 1901, salvó la vida de Alfonso XIII cuando un asesino le disparó.
Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos desarrolló varios tipos de blindaje corporal, incluyendo el Brewster Body Shield en acero al cromo-níquel, el cual estaba compuesto por un peto y un casco que podían resistir las balas de ametralladora Lewis (con una velocidad de 820 m/s (2700 pies/segundo)), pero pesaba 18 kg (40 libras) y dificultaba el movimiento del soldado. También se diseñó un chaleco compuesto por escamas de acero sobrepuestas y fijadas a un forro de cuero; este pesaba 5 kg (11 libras), iba pegado al cuerpo y era considerado más confortable.
A finales de la década de 1920 y comienzos de la década de 1930, los pistoleros de las bandas criminales que operaban en los Estados Unidos empezaron a usar chalecos antibalas menos costosos, hechos de tela y rellenos de algodón. Estos primeros chalecos podían absorber el impacto de balas de pistola tales como .22 Long Rifle, .25 ACP, .32 S&W, .32 S&W Largo, .380 ACP y .45 ACP, que van a velocidades mayores a 300 m/s (1000 pies/segundo). Para hacer frente a estos chalecos, los agentes del FBI empezaron a emplear el nuevo y más potente cartucho .38 Super y más tarde, el .357 Magnum.

Segunda Guerra Mundial

Durante las primeras etapas de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos diseñaron armaduras para los infanteristas, pero la mayoría de los modelos eran demasiado pesados y limitaban el movimiento en combate, además de ser incompatibles con los pertrechos existentes. Las fuerzas armadas derivaron sus esfuerzos en desarrollar chaquetas flak para las tripulaciones de bombarderos. Estas chaquetas estaban hechas de tela de nylon con placas de acero en su interior y eran capaces de detener las esquirlas de los proyectiles antiaéreos, y también podían detener balas de pequeño calibre a una distancia moderada, pero no habían sido diseñadas para detener balas de ametralladora.
El Ejército Británico, así como el Ejército Canadiense (la 2ª División Canadiense de Infantería), dotaron a sus médicos destacados en Europa noroccidental con armaduras. El Ejército Imperial Japonés produjo unos cuantos tipos de armaduras para la infantería durante la Segunda Guerra Mundial, pero no tuvieron un empleo muy extenso. A mediados de 1944, se reinició en los Estados Unidos el desarrollo de armaduras. Fueron producidos varios chalecos para las fuerzas armadas estadounidenses, tales como el T34, el T39, el T62E1 y el M12.
El Ejército Rojo utilizó varios tipos de armaduras, incluso el SN-42 (Stalynoi Nagrudnik, peto de acero en ruso, donde el número indica el año en que fue diseñado). Todos ellos fueron probados, pero solo el SN-42 fue producido. Este consistía en dos planchas de acero prensadas que protegían el pecho y el bajo vientre. El peto tenía un grosor de 2 mm y pesaba 3,5 kg (7,7 libras). Esta armadura era suministrada a los SHISBr (ingenieros de asalto) y los "Tankodesantniki" (tropas de asalto que iban sobre los tanques) de algunas brigadas de tanques. La armadura SN protegía al usuario de las balas de 9 mm disparadas por un subfusil MP-40 a unos 50 metros, haciéndolo útil en batallas urbanas como la Batalla de Stalingrado. Pero el peso del SN lo hacía poco práctico para ser empleado por la infantería en campo abierto.
Los Estados Unidos desarrollaron un chaleco de Doron, una lámina hecha a base de fibra de vidrio comprimida con resinas. Estos chalecos eran una combinación de telares de nylon que en su interior sostenian las placas de fibra de vidrio, fueron empleados por primera vez durante la Batalla de Okinawa en 1945 y en batalla demostraron que podían detener balas de pequeño calibre y esquirlas de granadas, aunque generalmente resultaban muy poco efectivos en contra de balas de alto calibre disparadas por fusiles y ametralladoras.

1950-1970

Durante la Guerra de Corea fueron producidos varios chalecos nuevos para las fuerzas armadas estadounidenses, incluyendo el M-1951, que estaba compuesto por segmentos de plástico reforzado con fibras o de aluminio, intercalados en un chaleco de nylon. Estos chalecos representaban "una gran mejora en lo que a peso respecta", pero no eran eficaces en detener balas y esquirlas, a pesar que oficialmente eran capaces de detener balas de pistola Tokarev de 7,62 mm disparadas a quemarropa. Desarrollados por Natick Laboratories e introducidos en 1967, los portaplacas T65-2 fueron los primeros chalecos diseñados para llevar placas cerámicas duras, haciéndolos capaces de detener balas de fusil calibre 7,62 mm. Estos "Chicken Plates" se fabricaron con carburo de boro, carburo de silicio u óxido de aluminio. Fueron suministrados a las tripulaciones de aeronaves que volaban a baja altitud, como el UH-1 y el UC-123 durante la Guerra de Vietnam.
En 1969 se fundó la American Body Armor, que comenzó a producir una combinación patentada de nylon acolchado con múltiples planchas de acero. Este tipo de armadura fue vendido a las agencias policiales estadounidenses por Smith & Wesson bajo la marca "Barrier Vest". El chaleco Barrier fue el primer chaleco policial ampliamente utilizado durante operaciones de alto riesgo.
A mediados de la década de 1970, DuPont introduce la fibra sintética Kevlar, que era tejida y aplicada en capas. El Kevlar fue inmediatamente incluido en un programa de evaluación del National Institute of Justice, que buscaba armaduras ligeras y de fácil ocultamiento para un grupo de prueba compuesto por agentes de policía, al mismo tiempo que buscaba determinar si era posible que lo usaran a diario. Lester Shubin, un administrador de programas del NIJ, condujo este estudio de factibilidad con unas cuantas grandes agencias policiales seleccionadas, determinando que los chalecos de Kevlar pueden ser utilizados diariamente por los policías, salvando así vidas.
En 1975, Richard A. Armellino, fundador de American Body Armor, promocionó un chaleco hecho totalmente de Kevlar llamado K-15, que estaba compuesto por 15 capas de Kevlar y que incluía una placa de acero balístico "Shok Plate" de 5" x 8" situada verticalmente sobre el corazón, recibiendo el US Patent #3,971,072 por esta innovación. "Placas de trauma" de similar tamaño y ubicación aún se emplean hoy en los paneles balísticos frontales de la mayoría de los chalecos ocultables, reduciendo el trauma por impacto y aumentando la protección contra balas en el centro-masa de la zona corazón/esternón.
En 1976, Richard Davis, fundador de Second Chance Body Armor, diseñó el primer chaleco hecho totalmente de Kevlar por esta empresa, el Model Y. La industria de los chalecos antibalas ligeros y ocultables había empezado, y esta nueva forma de protección diaria para el moderno agente de policía fue rápidamente adoptada. Para mediados y fines de los 80, un promedio de 1/3 a 1/2 de los agentes de policía que patrullaban vestían diariamente chalecos ocultables. Para 2006, habían sido documentadas más de 2000 "salvaciones" debido al empleo de chalecos policiales, validando el éxito y la eficacia de las armaduras ligeras y ocultables como pieza estándar del equipo policial de uso diario.

1990-2000

Pastor alemán con chaleco antibalas durante entrenamiento militar en Afganistán.
Las armaduras blandas de Kevlar tienen sus limitaciones, porque si "esquirlas grandes o balas de alta velocidad impactan el chaleco, la energía de estos puede causar un severo trauma por impacto" en áreas vitales específicas. El Ranger Body Armor fue desarrollado para las Fuerzas Armadas estadounidenses en 1991. A pesar de ser la segunda armadura militar estadounidense moderna capaz de detener balas de fusil y al mismo tiempo ser lo suficientemente ligera para los infantes en combate, todavía tiene defectos: "es más pesada que la armadura antiesquirlas PASGT (Personal Armor System for Ground Troops; sistema de armadura personal para tropas terrestres, en inglés) empleada por la infantería regular y... no posee el mismo grado de protección balística alrededor del cuello y hombros". El formato del Ranger Body Armor (y armaduras más recientes suministradas a las unidades especiales estadounidenses) resaltan el dilema entre protección y movilidad que las modernas armaduras deben hacer frente en cada unidad de las fuerzas armadas.
Las más recientes armaduras suministradas a un gran número de tropas estadounidenses incluyen el Interceptor Body Armor, el Improved Outer Vest del Ejército Estadounidense y el más avanzado Modular Tactical Vest del Cuerpo de Marines. Todos estos sistemas están diseñados con el chaleco como protección contra esquirlas y balas de pistola. Placas de cerámica dura, como el Small Arms Protective Insert empleadas con el Interceptor Body Armor, protegen órganos vitales de amenazas mayores. Estas amenazas son las balas de fusil de alta velocidad y antiblindaje. Chalecos similares han sido adoptados por ejércitos modernos de todo el mundo.
Desde la década de 1970, diversas fibras nuevas y métodos de construcción para tejidos antibalas han sido desarrollados paralelamente con el Kevlar hilado, tales como el Dyneema de DSM, los GoldFlex y Spectra de Honeywell, el Twaron de Teijin Twaron, el Dragón Skin de Pinnacle Armor y el Zylon de Toyobo (ahora controversial, ya que nuevos estudios demuestran que se degrada rápidamente, dejando a los usuarios con menor protección que la esperada). Estos nuevos textiles son publicitados como más ligeros, delgados y resistentes que el Kevlar, aunque son mucho más costosos. Las Fuerzas Armadas estadounidenses han desarrollado armaduras para los perros de trabajo que ayudan a los soldados de infantería en combate. Según el entrenador canino Marino de Primera Michael Thomas, los "nuevos chalecos son una mejora" de los anteriores, que solo protegían contra cuchilladas. Los nuevos chalecos también protegen contra balas.

Protección contra explosiones

Las brigadas antiexplosivos usan grandes armaduras diseñadas para la protección contra muchos de los efectos de un artefacto explosivo de tamaño moderado, como las bombas empleadas en los atentados terroristas. Estas armaduras son básicamente un casco completo, que a su vez cubre la cara y cuello, cierto grado de protección en los genitales y una armadura muy resistente en el torso. También contiene protección para la columna, en caso que la explosión haga volar al artificiero. La visibilidad y movilidad de la persona que usa estos trajes es muy reducida, así como el tiempo que pueden trabajar con el artefacto explosivo. Véase traje antiexplosivos.

municiones

La munición es un objeto sólido a manera de proyectil el cual es acelerado rectilineamente mediante la concentración de energía química que al ser liberada impulsa mecánicamente dicho objeto, siendo rectificado a través de un tubo sólido, con el fin de provocar una lesión o daño deliberado en el o los objetos que se encuentren en la trayectoria recta predispuesta. También se le llama así al conjunto de dichos proyectiles usados en armas de fuego. Esto abarca desde las balas de fusil y pistola hasta los perdigones de un cartucho, y los proyectiles de cañones y morteros.



Desarrollo de la munición

La pólvora es la materia común para impulsar los proyectiles. En la época de los mosquetes y arcabuces, se les introducía la pólvora y la bala en sus cañones; la pólvora debía comprimirse con una baqueta que también se usaba para colocar el taco de papel, y para provocar el disparo se encendía una mecha que tenía el arma. En estas antiguas armas era muy prolongado el tiempo para introducir la munición y el tiempo para dispararla.
En el siglo XVII se inventa el fusil, que no utiliza mecha, sino la llave de pedernal para hacer instantáneo el disparo, y en 1830 esa llave fue sustituida por la llave de percusión, que hizo realizable el disparo al mismo instante de oprimir el disparador. En esa misma época, se hicieron otros avances en los fusiles para lograr mayor alcance mortal y estabilidad en el disparo (véase rayado de ánima).
En la década de 1840 se inventa el fusil de cartucho, que acortó el tiempo para cargar la munición y permitió usar asimismo el fusil en diferentes posiciones. Los cartuchos eran originalmente envueltas de cartón o tela encerada, que contenían una pequeña cantidad de pólvora (llamada carga de propulsión) y también la bala dentro; algunos se rasgaban al insertarse el cartucho en el fusil. Posteriormente se inventaron cartuchos que ya incluían el cebo, haciendo más breve el tiempo para cargar la munición.
Posteriormente, los cartuchos estaban constituidos como en la actualidad por un cilindro metálico (llamado vaina o casquillo) que contenía la carga dentro, el cebo (ahora llamado cápsula fulminante) en el centro del culote (base de la vaina) y un extremo de la bala embutido en la boca de la vaina.
Los revestimientos y aleaciones de balas comenzaron en la década de 1830 para evitar la deformación de la bala, que provocaba inestabilidad en su trayectoria. La primera aleación fue la de bismuto con plomo, y el primer revestimiento fue el cobre sobre el plomo.

Munición para armas ligeras

Caja para municiones de primera mitad de siglo 20, de la colección del Museo del Objeto.
Los calibres de este tipo de munición se expresan en pulgadas; Para armas portátiles en realidad en centésimas o milésimas de pulgada a la derecha del punto (que para un europeo expresaría un "0,.." al estilo anglosajón, como el calibre 44 (o.44); es decir, 0,44 pulgadas; o en milímetros, cuando se sigue la tradición europea (9 mm, 7,62 mm) referidos al diámetro del proyectil que es lanzado por la munición ("bala"). Como existen diferentes versiones de un mismo calibre, a veces nos encontramos con diferentes nomenclaturas. El calibre .30 es muy popular en uso militar y caza y tiene varias versiones: .30-06,.30-30. En este caso, los guiones denotan el año de invención (1906) o el peso de la pólvora en el cartucho: 30 grains. Otro estilo para señalar diferentes versiones es indicar el calibre y el fabricante o creador del mismo:.44 Smith & Wesson,.338 Winchester Magnum,.44 Remington Magnum,.375 Holland & Holland. En calibres europeos se indica el ancho del proyectil por el largo del cartucho en milímetros: 9×17 mm o 9×19 mm, por ejemplo.
Los calibres para escopeta emplean un sistema totalmente distinto. Cuando se dice que una escopeta es del calibre 12, por ejemplo, se quiere expresar que con un lingote de plomo de una libra inglesa (453 g) de peso se pueden fundir 12 balas de ese calibre, de tal modo que si en lugar de 12 se obtienen 14, 16 o 20, el tamaño de la bala disminuirá, y lógicamente la boca del cañón de dicha arma también lo hará.
Disparo de arma ligera. Nótese que lo que se ve no es el proyectil, sino el casquillo vacío, expulsado lateralmente.
Lo primero es dividir los tipos de munición para armas ligeras en subsónica y supersónica. Las balas de pistola y revólver normalmente tienen una velocidad inferior a la del sonido (340 m/s) o ligeramente superior. Las balas de fusil, ametralladora, etc. superan ampliamente esta velocidad, con velocidades entre 600 y 1000 m/s. Esto es importante porque las balas supersónicas, incluso cuando atraviesan el cuerpo limpiamente, suelen crear daños graves en los órganos que rodean la herida, incluso cuando no los han atravesado físicamente, y provocan la expansión de la herida debido a la conificación que conlleva la velocidad supersónica. De esta forma, es posible causar gran daño con calibres pequeños, como el.223 (5,56 mm) de los fusiles de asalto OTAN frente a calibres grandes de pistola, como el.357 o.44, aparentemente más poderosos. Aun así, las municiones de grueso calibre para pistola (como las antes citadas) pueden igualar o incluso superar ampliamente la letalidad potencial de muchos fusiles, debido a su mayor calibre (superficie de impacto que transmite la energía que se transforma en daños).
El daño potencial de una bala depende de la energía (velocidad y peso) y tamaño de la superficie de impacto (calibre) que la transmita.
La subsónica suele ser inútil contra chalecos antibalas, la supersónica puede incluso atravesar varios chalecos unos sobre otros a un centenar de metros. Normalmente la subsónica tendrá un cuerpo cilíndrico corto terminado en una punta esférica, mientras que la supersónica tendrá un cuerpo alargado y una punta cónica estirada.
Lo siguiente a tener en cuenta es la estructura física de la bala. Teóricamente, sólo son aptas para el combate militar balas totalmente envueltas en una envoltura metálica dura de latón y rellenas de plomo o alguna aleación del mismo. Este tipo de munición, muy extendida, se conoce genéricamente por FMJ (full metal jacket) y tiende a atravesar totalmente el cuerpo. En la práctica tanto en la guerra como por parte de cuerpos policiales y particulares se emplean también municiones modificadas. En muchos países, parte de estas municiones son sólo legales para arma corta o caza con ciertos rifles de gran calibre y baja velocidad, ya que a velocidad subsónica no pueden provocar los destrozos que ocasionarían a supersónica y permiten aumentar lo que se llama el poder de parada de un arma, esto es, su capacidad de detener a un individuo o a una especie peligrosa en caso de caza.
Las modificaciones más habituales son eliminar la cubierta dura en el extremo de la bala o truncar el cono o semiesfera de la punta, de manera que queda al descubierto el núcleo blando de la misma (JSP: munición de punta blanda), o incluso hacer un hueco en la punta con un punzón (lo que se denomina JHP: bala de punta hueca), modificaciones muy típicas en ciertas municiones de revólver o pistola. Al entrar en el cuerpo, la bala se aplasta, expandiendo la punta que queda como una especie de champiñón y frenando su penetración rápidamente, por lo que causa heridas no muy profundas pero anchas y tirando literalmente hacia atrás al que la recibe por la cantidad de energía cinética que dispersa en muy poco tiempo. Esto mismo con munición supersónica provocaría que la bala se partiera o doblara y sus fragmentos se dispersaran en el interior del cuerpo, provocando graves lesiones internas. También se puede aplanar la punta y mantener la envoltura integral para conseguir un efecto de dispersión de energía en poco tiempo.
Otro tipo de bala es la perforante, designada internacionalmente para AP (armor piercing). Es una bala externamente similar a la FMJ, pero en el interior del plomo lleva un núcleo de acero endurecido, tungsteno, uranio empobrecido, que al frenarse bruscamente la bala, y por efecto de la energía cinética, rompe la envoltura y puede llegar a perforar el blindaje que detuvo la bala.
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Existen balas con la parte posterior rellena de un material inflamable que va dejando un trazo de luz al dispararlas, denominadas balas trazadoras, y se usan normalmente para comprobar si el apuntado de un arma es correcto. Las balas explosivas o incendiarias sólo se emplean excepcionalmente en armas de francotirador de gran calibre para destruir depósitos de materiales o combustible, ya que su manipulación es peligrosa para el que las maneja.
La munición de escopeta consiste en un conjunto de bolas pequeñas de plomo endurecido que pueden ser de pequeño tamaño (perdigones) para caza menor, formando una nube que hace más fácil dar en el blanco en piezas pequeñas, entre 11 y 5 para caza menor, o puede ser más gruesas, entre 3 y 1, para caza mayor. Existe munición especial para escopeta que permite utilizar escopetas semiautomáticas o de repetición como arma de asalto policial o militar por la potencia que proporciona en un solo disparo, que se considera equivalente a una ráfaga de subfusil.

Mecanismo del disparo

El cartucho se introduce en la recámara del arma de fuego y al jalar la cola del disparador propiamente dicho, se provoca que se libere un mecanismo interno, el cual libera el martillo que impactará con la parte posterior de la aguja percutora, elemento que al golpear la cápsula fulminante causará la deflagración (explosión con llama a baja velocidad de propagación) de la pólvora, la cual impulsa a la punta (parte superior del cartucho llamado bala, que al separarse de la vaina, toma un movimiento de traslación, rotación, debido al rayado del ánima; nutación, precesión y vectorial,) a liberarse de la vaina, saliendo arrojada fuera del cañón y recorriendo una distancia determinada por la potencia de la carga propulsora (la cual se mide en granos que responde a la cantidad de granos de pólvora utilizados, cada grano tiene un peso de 64 miligramos).

Munición para artillería

La munición para artillería puede venir como un único conjunto de proyectil y cartucho con propelente o puede venir por separado para piezas grandes. Los proyectiles artilleros suelen ser de un calibre ligeramente inferior al del tubo y llevar una o varias bandas del calibre correcto, de forma que sólo esas bandas están en contacto con el cañón del arma. En cañones y obuses de campaña podemos encontrar de forma general munición fragmentaria antipersonal y munición de alto poder explosivo (internacionalmente designada por HE High Explosive).
Los proyectiles son en general de forma cilíndrica alargada y punta cónica. La munición antipersonal y HE lleva la espoleta en la punta, para detonar inmediatamente al tocar el objetivo. Los proyectiles antipersonal tienen una envoltura de acero grueso que suele estar cortado interiormente, o una envoltura delgada recubierta de esferas metálicas por su cara interna, de forma que al detonar el explosivo que lleva en el interior, la carcasa salta despedazada en pequeños fragmentos en todas direcciones. Se emplea para atacar concentraciones de infantería. La munición HE tiene una envoltura metálica fina, la justa para soportar el disparo, y una gran cantidad de explosivo, de manera que al detonar genera una potente onda expansiva capaz de destrozar personal, vehículos o instalaciones en el área de influencia. Si se van a atacar búnkers o posiciones fortificadas con hormigón armado, se puede utilizar munición de demolición, que tiene una envoltura gruesa de acero endurecido, un núcleo de alto poder explosivo y la espoleta en la base del proyectil, de modo que la punta maciza perfora el hormigón y la energía cinética que se acumula provoca la detonación de la espoleta y el proyectil en el interior del hormigón, demoliendo el área circundante.
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Munición antiblindaje

Los blindados son bastante resistentes a los tipos convencionales de munición artillera, y se han desarrollado una serie de proyectiles especiales para sus propios cañones o para la artillería convencional con el fin de destruirlos.
La munición perforante más primitiva aparece en las Armadas, ya que los buques de guerra fueron los primeros en acorazarse. A un calibre más reducido se adapta en el periodo de entreguerras para la lucha antitanque. Son proyectiles troncónicos de acero con tratamientos especiales que le dan una dureza adicional y que son completamente macizos o lo son en sus 2/3 partes. La eficacia se multiplica si se pone una espoleta en la base del proyectil, con una carga explosiva de alto poder, de forma que cuando el cuerpo macizo atraviesa el blindaje, la base explosiona por la energía cinética acumulada, destruyendo el interior del blindado.
El incremento del grosor de los blindajes y el uso de blindajes en ángulo anulan en gran parte las capacidades de esta munición. Poco antes de la Segunda Guerra Mundial se comienzan a desarrollar soluciones para el problema. Una primera solución es montar sobre la punta perforante una punta prácticamente chata de un material incapaz de perforar el blindaje, como plástico, aluminio e incluso madera. Al tocar una plancha en ángulo, la punta falsa se desintegraba, pero hacía que el proyectil encarara con la punta buena el blindaje.
Mejorando estas ideas se descubrieron las posibilidades de la munición subcalibre o APDS (Armor Piercing Discarding Sabot). Este tipo de munición, que se sigue empleando hoy en día, se fabrica insertando un núcleo estrecho y largo de un material muy duro, en su día aceros especiales y actualmente carburo de tungsteno o uranio empobrecido, en un proyectil de material más "blando" (aluminio o similar), con un tercio aproximado del calibre del cañón para el núcleo del proyectil. Se requiere el uso de un cañón capaz de dar una gran velocidad al proyectil, 1000 m/s o más. Al impactar con el blindaje, se desintegra la punta blanda y la punta larga y estrecha impacta en la coraza, empujada por el resto de la envoltura, que por efecto de la energía cinética literalmente se estampa contra el blindaje. El proceso genera un calor intensísimo que derrite el blindaje en ese punto y hace penetrar el núcleo a altísima temperatura en el interior, proyectando por todo el habitáculo fragmentos del blindaje y del propio núcleo desintegrado.
Aunque se sigue usando la munición APDS de forma parecida a la original, tiene ya un descendiente que la supera, la munición APFSDS (Armor Piercing Fin Stabilized Discarding Sabot) ideada en los años cincuenta. Consiste en un cilindro largo y estrecho (como un dardo), realizado en aleación de tungsteno o uranio empobrecido, con una serie de aletas estabilizadoras y terminado en punta, que va en el interior de un cuerpo de aluminio con la forma de proyectil convencional. Es disparado por el cañón de los tanques a una velocidad entre 1200 y 1700 m/s, y a una distancia determinada, la envoltura se desprende quedando el núcleo estabilizado por las aletas. Al tocar el blindaje, se concentra en una superficie de poquísimos centímetros cuadrados la energía equivalente al impacto de un camión de varias toneladas a gran velocidad. El blindaje se aplasta en la zona y se derrite, generando en el interior una lluvia de material incandescente y fragmentos que aniquila a la tripulación.
Por último quedan los proyectiles HEAT (High Explosive Anti Tank) que se utilizan también en misiles contracarro, ya que la velocidad y energía de impacto es intrascendente para su efectividad. Empezaron a emplearse en la Segunda Guerra Mundial. Exteriormente pueden parecer iguales a un proyectil artillero convencional, pero en el interior disponen de un fino cono metálico, cuya base está en la base de la punta del proyectil y la punta del cono en la base del proyectil, al igual que la espoleta. El espacio entre el cono y las paredes del proyectil está relleno con explosivo de alto poder. Al tocar la punta del proyectil contra el blindaje, se detona la carga, generando por el cono un chorro de gases a temperaturas de miles de grados, que derrite y desintegra el blindaje en el punto y penetra en el tanque, generando una elevadísima presión en su interior y una lluvia de fragmentos, que mata o provoca gravísimos traumas a la tripulación.
La munición subcalibre es relativamente inofensiva contra vehículos ligeros o no blindados, puesto que se limita a atravesarlos de parte a parte. Si el vehículo blindado tiene una parte del habitáculo en contacto directo con el exterior, la munición HEAT pierde gran parte de su efectividad.
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